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miércoles, 18 de febrero de 2015

Qué es el TGD Trastorno Generalizado del Desarrollo

Qué es el TGD


El TGD Trastorno Generalizado del Desarrollo o o Trastorno del Espectro Autista es una alteración de origen neurobiológica que se manifiesta habitualmente en los niños durante los tres primeros años de vida.

El TGD afecta al desarrollo del niño, principalmente en tres áreas:

1- Área de la comunicación: verbal y no verbal
2- Área de la socialización
3- Área de la imaginación, creatividad y juego, lo que genera intereses restringidos y/o conductas estereotipadas.

Las personas afectadas tienen, en mayor o menor grado, alteradas estas áreas. Los trastornos generalizados del desarrollo en el mundo son cada vez mas frecuentes: 1 en 150 nacimientos. Solo 20 años atrás la proporción era 1 en 10,000 niños, (incluyéndose en estos el autismo).

Cuáles son los síntomas del TGD

Si observamos que el desarrollo del niño no es normal, es importante realizar una consulta con un especialista para tener un diagnóstico completo y un tratamiento a seguir.

Algunas señales de alerta para el TGD serían:

En la comunicación del niño:

  • No responde a su nombre.
  • No puede decir lo que quiere.
  • Está retrasado/a en su lenguaje.
  • No sigue consignas.
  • A veces parece oír y otras no.
  • No señala ni saluda.


En el área social del niño:

  • No utiliza los juguetes de forma convencional
  • Mantiene juegos extraños
  • Prefiere jugar solo/a.
  • No se interesa en otros niños.
  • Hace poco contacto visual.
  • Parece estar en su mundo.
  • No presta atención.


En la conducta del niño:

  • Repite las actividades una y otra vez.
  • Pone las cosas en fila.
  • Hace berrinches.
  • Es hiperactivo.
  • Es oposicional y no colabora.
  • Realizan movimientos raros o incontrolados.
  • Es hipersensible a ciertas texturas o sonidos.
  • Camina en punta de pies.

Cuál es el origen del TGD

Todavía no se han determinado las causas concretas del origen de este trastorno, pero este abarca aspectos como anormalidades en la estructura del cerebro, alteraciones en los neurotransmisores y probablemente una base genética.

En contra de los que se dice en muchas ocasiones, el niño que padece TGD es capaz de tener un buen contacto visual, demostrar cariño, sonreír y mostrar una variedad de emociones pero en diferentes grados. Como cualquier otro niño, pueden responder al medio ambiente de forma positiva o negativa.

Es necesario enfatizar la importancia que tiene una temprana consulta al especialista ya que realizar un diagnóstico precoz le permitirá al niño y su familia seguir un tratamiento adecuado, promoviendo al máximo sus potencialidades.

Fuente TGD Padres

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